Querido mundo, ¿cómo eras antes de que las redes sociales entraran en ti?
Desde hace un tiempo que me paralizo pensando que no sé cómo vivir, no sé quién soy, cuando realmente tengo las cosas muy claras. Lo que me marea son las redes sociales, consumir vídeos y fotos que muestran los valores y estilos de vida de otras personas que seguramente poco tienen que ver conmigo. No tienen ni la misma edad que yo, ni viven en el mismo sitio que yo, ni mi personalidad ni familia. Sin embargo, no me sorprendo cuando me comparo con ellas y deseo tener su vida. Lo que he vivido me muestra que nunca me sentiré satisfecha ni perfecta, porque siempre acabo buscando nuevas "inspiraciones" e "influencias" que alimentan la rueda del descontento. La conciencia es la clave: saber que las redes sociales no me ayudan y que, por tanto, necesito una forma diferente de relacionarme con ella. Una estrategia que utilizo es utilizar YouTube y Pinterest para inspirarme, pero normalmente sólo consulto las páginas de las que ya conozco.
La comparación con los demás nos duele. Si ya nos puede hacer daño compararnos con las cuatro personas más cercanas a nosotros a las que amamos, no imagino cómo nos puede afectar hacerlo constantemente con cientos de desconocidos de todo el mundo. Nos encarcela la búsqueda de la perfección y el afán de demostrar cierto estilo de vida, o "statu quo". No somos influencers, no somos ricos, no debemos enseñar nuestra casa, armario y rutina de belleza a todos, no debemos rentabilizar nuestros hobbies, no debemos ser los mejores en nada. No necesitamos ese bolso, esa crema, esos quince zapatos, ni ese coche ni esos dientes. Tampoco necesitamos ser nombrados nada, ser expertos en nada, puedes aprender a tocar el piano sin pasar a ser "pianista", plantar flores sin pasar a ser "jardinero", preparar dulces sin pasar a ser "pastelero". Debemos decidir cómo queremos vivir, qué es lo importante.
He visto dos vídeos de los canales "Live like Liz" y "Natalie Bennet" que han inspirado esta entrada. Comparto algunas frases llenas de fuerza e intención:
- Comprar cosas no es cuidarse a uno mismo.
- Un objeto no es un estilo de vida.
- Parecer rico te mantiene pobre.
- Deja de estar pendiente de las influencers.
- El progreso es mejor que la perfección.
- Poco a poco es mejor que nada.
- No tienes que ser bueno en algo para hacerlo.
Sé que nada contra corriente, porque veo que mis amigas, a las que quiero y admiro mucho, están dentro de la rueda de las redes sociales durante las 24 h del día. Y puedo entender su forma de pensar y actuar, veo cómo la forma que hablan y piensan están muy influenciados por las tendencias actuales. Y yo me alejo de esto. No quiero estar todo el día pendiente del móvil, no quiero estar constantemente influenciada en comprar cosas que no necesito, no quiero alejarme de mí y de mis objetivos.
Recuerdo, re-aprendo, vuelvo a mí.
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