Autenticidad
En el mundo no vivimos individualmente ni desvinculados de lo que nos rodea, sino que lo hacemos en relación con quienes nos rodean y las influencias de un mundo globalizado.
¿Cómo soy yo y cómo vivo yo en relación con el mundo?
Estoy en un punto en el que priorizo la salud y ser yo misma. Poco a poco, valorando la autenticidad y la sostenibilidad a lo largo del tiempo, voy encontrando una forma sana de relacionarme con mi entorno y un estilo de vida de acuerdo mi forma de ser.
Es un camino que requiere sentarte con lo que tienes, descubrirte y ser lo suficientemente valiente para vivir de la forma que eres. Hablo sobre valentía porque las personas que me rodean pueden tener una forma de hacer y pensar que, muy a menudo, no afines a las mías. Desde el cariño, intento curar creencias y ciclos “automáticos” (formados a partir de la repetición de unos hábitos mentales a lo largo de mi vida) que me llevan a sentirme mal. Es difícil mantenerse en esta línea sin verme afectada por los imputs que me da el entorno, y que hacen que no sea yo misma. Sin embargo, sé que en el fondo es un amor incondicional y que mi familia y amistades quieren que yo esté bien y que sea feliz. Todo lo que necesito está en mí y que puedo recurrir a mis referentes que me sostienen y apoyan mis ideas.
Algo que es para mí siempre me va a dar energía.
A veces, es más fácil empezar por identificar lo que no me hace sentir bien. Para mí, una época adornada de productividad, consumismo, sobre estímulos constantes, ruido y rapidez, no está hecha por mí. Y lo sé porque lo noto en el cuerpo, sietiendome cansada, sin energía, ansiosa, estresada, desvinculada del cuerpo y del mundo. No quiero forzarme a ser extrovertida, con una energía excesivamente alta, un nivel de excitación y vitalidad increíbles. No soy así.
Estoy descubriendo que es importante escuchar a mi cuerpo. Ya no sólo por la alimentación y el tipo de movimiento que necesita, sobre todo siendo mujer, sino para darme cuenta de qué me hace sentir bien (para hacerlo más) y de qué me hace sentir mal (para hacerlo menos ).
Yendo contra corriente, pero siento fiel a mi forma de ser.
Justo ahora empiezo a aceptar y nutrir el hecho de que me guste la calma, leer, las cosas más mundanas, el sol. Si miro atrás en el tiempo y cómo era de pequeña, tiene todo el sentido. Pero desde la familia y la escuela (también la televisión) se celebra y premia a la persona extrovertida, y se corrige y se castiga a la persona introvertida.
El lado suave del mundo.
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